La pureza del cuerpo: Lo cis y lo otro

Una persona trans es aquella que no se identifica con el género que se le asignó al nacer y opta por el binarismo o el no binarismo en la construcción de su identidad de género. Una persona cisgénero es aquella persona que se identifica con el género que se le asignó al nacer y se vive dentro del binarismo hombre o mujer. Una vez definidos estos conceptos, hablemos del problemático uso del adjetivo cis.

Autorx: Marón Vásquez

Fotografía: Julie Ehrenzweig (@j.ewelles)

En grupos y páginas trans excluyentes o en esporádicas publicaciones de personas de la derecha “anti-ideología de género” se pugna por la erradicación del adjetivo cis para diferenciarlas de las personas trans. Uno de sus argumentos es que las mujeres se han vivido en la categoría de “mujer” y nunca en la categoría de “mujer cisgénero o mujer cis”. Si bien los adjetivos trans y cis sirven para nominalizar experiencias y corporalidades distintas, pareciera que cis y trans fuesen categorías artificiales o que comprometen la categoría de “mujer” al desnaturalizar su pureza.

Si atendemos a esta problemática, una mujer trans sería una persona que ha intervenido en su trayectoria ontogenética, en su biología más “natural” para ser un sujeto artificial y se le deja en lado del “otro” refiriéndonos a Simone de Beauvoir. Por lo tanto, Mujer cis o solo mujer sería un sinónimo de “Mujer natural” o “mujer biológica”. No obstante, ninguna de las categorías trans y cis son naturales y esto no es algo negativo. Hombre y mujer también son constructos sociales, dicho de otra manera, tienen contexto e historicidad y conllevan artificialidad.

La mujer sin adjetivos estaría ocupando el lugar normativo y el punto de partida de las divergencias que también están en el paraguas de la categoría de lo que se define como mujer. Sin embargo, los transexcluyentes consideran que mujer es el punto normal, natural, trans-histórico y pancultural y, por consiguiente, mujer trans es lo raro, antinatural, lo fugaz y lo arraigado a una sola cultura. Si esto fuera cierto, ya no diferenciaríamos a las mujeres como cis o trans, sino como las normales y las anormales. Lo anterior es un problema para la comunidad y más para las personas trans, puesto que el debate de si es algo patológico ya se ha descartado y ha sido un gran logro no solo de la psicología, sino también de la ciencia.

Quisiera responder a las preguntas que más se han dicho respecto al uso de los adjetivos cis y trans.

¿Cuál es la importancia de nombrar cis y trans a las personas?

La importancia es la visibilidad de vivencias y de historias de vida. La identidad del ser humano está hecha de lo que ha vivido la persona, las experiencias y el cómo ha adquirido la información del mundo y el cómo la comunica. Una persona trans se ha vivido desde otro lado. Una persona cis se vive desde lo normativo. Los avances en cuanto al conocimiento de las divergencias del género nos obligan a repensar ambas posiciones.

¿Cuándo se utiliza?

Cuando diferenciamos vivencias, cuerpos, identidades, etc. No se utiliza de una manera despectiva como se cree, puesto que nadie nombra a tal o tal persona como: “Hola, te presento a mi amiga, es una mujer cis”, caso contrario con las personas trans las cuales se les agrega el adjetivo en presentaciones (Algo que no es recomendable que hagan).

¿Por qué no debería ser algo ofensivo para las mujeres?

Porque estos adjetivos solo sirven para definir al sujeto. Por ejemplo: Una persona heterosexual es alguien que se siente atraída por una persona del género opuesto, por otro lado, una persona que se siente atraída por alguien de su mismo género es homosexual. Las mismas definiciones se discriminan o se interdefinen. Tanto la homosexualidad como la heterosexualidad son puntos referentes en cuanto a definiciones. En cuanto a categorías, una no es la “normal” sobre la otra. Las personas cis no son las normales ante las personas trans.

En conclusión, utilizamos los adjetivos en función de clasificación y reconocimiento. En la historia de la construcción de identidades y orientaciones sexuales, por supuesto que lo cis y lo heterosexual han tenido mayor visibilidad. Tienen la ventaja de funcionar como normativos, no obstante, estamos descubriendo y ampliando las vivencias humanas. Por esta y más razones, no debería aterrarnos la idea de dejar el puesto de una “pureza corpórea” por diversificar “lo raro» o lo que se le ha obligado a ser lo otro.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.