El suelo es un espejo. Las nubes pasan lentamente como grandes ballenas cuidando a sus crías. Las coladeras absorben el agua como deshidratadas. Los carteles empiezan a aparecer de uno en uno en las calles. En uno de ellos se anuncia con faltas de ortografía y una pésima letra: “2×1 a quien presente la oreja de un gringo”. En otro con dentaduras y dedos humanos: “Trae el pasaporte de un extranjero y te regalamos el primer trago”. Así fue como inició todo o como terminó.

El 25 de junio del 2025 se reunieron un grupo de intelectuales en Guanajuato capital. Eran jóvenes de apenas 19 o 20 años. Algunos de ellos estudiantes, otros eran miembros de grupos anarquistas de choque. Aunque no eran bienvenidos en los de anarquismo magonista porque manejaban el concepto de anarquismo nacional. Esta reunión empezó a hablar de los eventos ocurridos dos semanas antes, cuando el gobernador aplaudió el esplendor del turismo en la ciudad de Guanajuato. Sin embargo, para los habitantes empezó a ser un problema. Las rentas subieron, la comida subió, los caminos empezaron a estar más obstruidos de lo habitual.
“El extranjeramiento” dijo Aarón, un joven de pelo plateado, “está obstaculizando nuestra vida cotidiana. Al gobernador solo le importa entrar al top de ciudades más visitadas”. Todos asintieron. Una chica llamada Clara, alta y delgada de pelo chino, se aclaró la voz para que todos voltearan a verla. “La gentrificación es un acto político, una violencia estratégica de los gringos” comentó. “Ellos disfrutan de sus salarios y disfrutan de nuestro espacio”. “Sí” dijeron al unísono. La furia comenzaba a crecer como una sombra espejismo. El suelo es un espejo. Las botas y los converse resbalaban. Aarón se acercó a Clara. “Sé que tienes un plan en mente. Te conozco desde que íbamos en secundaria” sus ojos hicieron el contacto suficiente para entenderse. “Twitter y Tik Tok”.
El 27 de junio a las 12 de la noche salió un video titulado: La raza bronceada. No tardó ni cuatro horas en convertirse en viral. Clara tenía contactos con activistas con gran número de seguidores en las redes sociales. Fue de gran conocimiento el video que las universidades empezaron a investigar si alguno de sus estudiantes había compartido aquello tan… “¡Violento!” gritó el coordinador de una las universidades. El video fue tirado de las redes después de seis horas de haber salido. Todo fue tan rápido que ni los noticieros pudieron obtenerlo. Era un salto de fe que las personas fueran leales a las últimas palabras del video: “No lo compartas, no lo descargues, piénsalo y volemos juntos. Viva la raza bronceada, el mole y el águila real”. Fue lo único que se supo después de que fue eliminado.
Antonia Villera, feminista y activista por los derechos de las comunidades indígenas, escribió un artículo alrededor del video. La mentira sistemática, el gringo quiere tierra. En este texto describía el enojo y la furia de los mexicanos debido a la gentrificación y al olvido de la gente nacionalizada de parte del gobierno. “Es tiempo de reflexión” concluía. Por otro lado, Oscar Mora consideraba que lo mejor que podían hacer los ciudadanos es ser egoístas de su patria y de su tierra, “egopatras”. “La violencia no es la solución dicen, pero yo digo: no es la única, pero es opción”. Al día siguiente un hombre mayor de nacionalidad americana fue acuchillado 10 veces en el pecho. A su lado dejaron un cartel diciendo que el próximo que no sepa cuántos versos tiene el himno nacional mexicano será “desnaturalizado a piquetes”.
Regina Jordan y el “Chicote”, la primera activista americana con residencia en México y sociologa; y el segundo activista popular y antropólogo, escribieron un artículo apoyado por la Prensa de México. La violencia de México: ¿Por qué afirmamos el estereotipo?, en este texto se analizó la creciente ola de asesinatos a hombres extranjeros. Consideraban que solo reafirmaban la posición de Estados Unidos al incluirlos en el peor lugar turístico. Tachaban de repugnante al video viral con tintes nazis y reprendían cualquier tipo de acoso y violencia hacia los extranjeros. “Esto es envidia, resentimiento. Esto no caracteriza al mexicano”.
El 1 de Julio se desplegó en la cámara de diputados una pancarta con un dibujo del diablo con la cara de Regina tomando al famoso “Chicote” mientras golpeaba a un campesino emplumado. “Viva el centauro marcial, el general francisco Villa”.
Las muertes aumentaron. La gente no quería compartir lugar con los gringos. Los arrojaban a los autos cuando estos se quedaban perplejos tomando fotografías a las esculturas. En la calle patrullaba la policía, pero hacía caso omiso a los extranjeros que estaba siendo atacados. La gente estaba cansada del blanco. Estados Unidos cerró las fronteras con México. El presidente estaba muy molesto con la población, pero la población se sentía alegre. El piso es un espejo y las nubes se retorcían como víboras negras. Los pasos de la gente sonaban cada vez más al ganado.
En la televisión se proyectaba una caricatura de un águila llamada A López Le Arde y terminaba con el poema tergiversado: “Será mejor no volver, güerito divertido, a este pueblo que no cabe en la cotización de su calle”. El suelo es un espejo muy cercano a nuestra vista cuando duermes en el suelo.
Aportación por: Maron Davdo