Tratad de comprended bien esto: La ley que esclaviza a la mujer y la priva de instrucción os oprime también a vosotros, hombres proletarios.
Flora Tristán
Flora Tristán, mal conocida por el mundo como la extraña y lejana abuela de Paul Gauguin; hija de la francesa Anne Laisney y un coronel peruano. A la muerte de su padre, cuando Flora tenía apenas cuatro años, se enfrenta junto con su familia a la escasez y pobreza, trabaja como obrera en un taller de litografía donde se ve orillada a casarse con su jefe, el bruto de André Chazal. Flora es víctima de un matrimonio que casi le cuesta la vida, haciendo caso a su sangre revolucionaria huye de André, la escritura y la pasión la acompañan. Flora testimonia sus viajes, hacía el Perú y como criada de una familia inglesa, manifestando la importancia de lo personal como territorio político, el testimonio como arma de reflexión y emancipación.
En 1843, cinco años antes de la publicación de El capital de Marx, Flora publica la Unión Obrera. Cabe recalcar los años, ya que se llega a afirmar que Karl ya tenía copias del manuscrito en su biblioteca, sin embargo no hay ninguna mención de su nombre en la obra, como tampoco el detalle que nos trae a nombrar a Flora en el feminismo: Las mujeres obreras son indispensables para la revolución, “en la vida de los obreros, la mujer lo es todo” (pp. 51).

El capítulo se titula “Por qué menciono a las mujeres”, haciendo notar que alrededor de toda su obra siempre se menciona su inclusión, hombres y mujeres, obreros y obreras. Flora está interesada en que la unión de los proletarios y proletarias comience no sólo en la asociación, sino en la erradicación de la raíz de la miseria: la esclavitud de la mujer.
Flora encuentra en la mujer y el proletario el mismo mecanismo de dominación que los ha orillado a la miseria y a la injusticia, (más no lo iguala). Reflexiona sobre como la historia y la tradición ha hecho de la mujer un ser despreciado, que resulta inútil a los ojos del hombre. Ella gana menos, se encarga de las labores del hogar, la procreación, la crianza de los hijos; y el marido sigue alzándose como su dueño. Bajo esta lógica Flora no duda en establecer a la mujer como esclava.
“La mujer es la proletaria del proletario”, y en la dialéctica de las relaciones de dominación, sólo puede haber un infinito peso, una cadena que ata a mujer y hombre si este último no ve la importancia de la emancipación de la obrera.
Flora propone autonomía y educación para la mujer, recalcando la importancia que tiene esta lucha en concordancia con la lucha del obrero. No puede haber revolución sin mujeres, no puede haber una liberación del pueblo si ese pueblo las sigue sacando de su significado. ¿Dónde encontrara el obrero la otra mitad de fuerza contra el sistema que lo esclaviza? ¿Cómo proclaman libertad si en su propia casa hay esclavitud?

Reclamo derechos para la mujer porque estoy convencida de que todas las desgracias del mundo provienen de este olvido y desprecio que hasta hoy se ha hecho de los derechos naturales e imprescindibles del ser mujer.
Flora Tristán
La voz de Flora Tristán reclama justicia, y como mujeres la acompañamos, erigiendo su lugar hombro con hombro de los otros que no la nombran, que no incluyeron a las mujeres trabajadoras como fuerza indispensable para la revolución.
Autora: Ámbar Gallardo Jones