Autora: Mónica Malacara
La crítica a la mujer invisible, o simplemente mujer, quien hace las cenas, quien recoge la casa y una profunda crítica al privilegio.

Katrine Marçal nos hace un llamado a voltearnos a ver, a nosotras las mujeres, que somos las únicas quienes reconocemos a las otras en sociedad, cuando esta misma, nos llama como “lo otro”. Un sistema económico funciona sin nosotras, sin nuestra participación, sin nuestras manos, sin pago, sin reconocimiento y sin salir de la esfera privada, según Adam Smith.
Somos a quienes nos dejan lo otro, para que las mentes grandes piensen, al mismo tiempo que nos dejan fuera de esta categoría. Somos a quienes nos cargan lo no ejecutivo, lo no importante, porque servimos y a eso vinimos, pero sin nosotras su sistema no funciona, deciden ignorar, y hasta que pisamos tabique se nos dice que hemos pasado límite.
Nosotras, mujeres existentes, conocemos de nacimiento los apegos a los que nos han llamado, apegos que dejan estragos con el tiempo, que tienen que ver con nuestros cuerpos y que tienen que ver con el espacio y precio que se les asigna. Quien tiene el capital es el que decide, porque según aquellos son dignos de dictar los sistemas y solo dictan la falsa norma, porque según aquellos en ningún sistema económico funcional puede estar la mujer en el podio, porque la hipocresía sale a relucir cuando dicen que nosotras hacemos la sociedad, pero somos llamadas como lo otro.