Las últimas leyes son para hacernos felices, no para servirnos.
En este país no funcionan muchas cosas y no nos han servido muchas otras, hemos descontrolado tantas situaciones que hemos estado caminando entre minas que se extienden cada vez más.

Pero hoy hemos llegado a un punto crítico en donde nadie ha actuado por temor a perder, a no estar preparado o a desencadenar consecuencias peores para todo el país. La delincuencia, el narcotráfico, la contaminación por ejemplo, junto a muchas otras situaciones son una bomba de muy poco tiempo que no hemos ni han sabido controlar y que mata gente, se apropia territorios, hace un mal general en nuestra nación y hoy no se pueden tratar, entonces los próximos pasos que un líder como el gobierno debería tomar son asumir su culpa y servirnos al menos de ejemplo de esperanza para solo esperar la muerte que ya nos pisa los talones con la mayor calma y resignación que se pueda lograr.
Muéranos todos, tontos hijos de puta, pero al menos déjennos sentarnos en la siembra para sentirnos agradecidos y esperar el desasociego de la muerte.