
Defiéndete, pero no les ataques. Déjate morir y no te permitas ser su esclavo. Deja que tu tierra se destruya por su mano. Deja que tu casa se vuelva polvo rojo y tú solo polvo en alguna parte.
Nadie levanta naciones sin nadie que las levante, deja que su propia barbaridad les deje poderosos pero condenados.
Los países pro armamento siempre en vela por un mal casi imaginario atormentan a un mundo que canta la diplomacia y la cooperación económica.
¿Quién demonios va a conquistar el mundo hoy?