Guanajuato está de luto, y Guanajuato no olvidará el nombre de Juan Carlos.

Un grupo de agentes ministeriales sometieron con brutalidad a Juan Carlos, en plena calle, la justificación de Carlos Zamarripa fue “Bajo condiciones de oposición de un tumulto cumplimentó una orden de aprehensión en Celaya.” En su perfil de twitter el 23 de noviembre a las 9:41 pm. “El inculpado perdió la vida. Los agentes han sido detenidos y su actuar será investigado a fin de esclarecer la mecánica de los hechos”
Juan Carlos no “Perdió la vida” Juan Carlos fue asesinado, no hay justificación a los hechos que fueron grabados, el video ha recorrido las paginas de noticias causando impotencia, Juan Carlos pide ayuda y las pocas mujeres que lo rodean intentan ayudarlo, exigiendo la orden de aprehensión de la que se jactan tener los agentes con una rodilla en su cuello. Y si repito mucho su nombre, es porque no merece ser llamado como el fiscal se refiere a él: “inculpado”. Su nombre es Juan Carlos Padilla y no debe ser olvidado.
En el video que está circulando puede escucharse el llanto una niña que está presenciando los hechos, es el claro ejemplo de Guanajuato como estado fallido, dejando una herencia a la infancia de varios de los niños que observan como la injusticia no deja de invadir las calles.
¿En qué nos estamos convirtiendo? Que la indignación eleve nuestras voces más allá de la corrupción, y que todos nuestros muertos, todos nuestros desparecidos pueden tener la justicia que merecen. Los culpables han sido detenidos, sí, ahora necesitamos respuestas: ¿Qué clase de protocolos, qué clase de gobierno provoca la muerte de inocentes por personas que se supone son las encargadas de resguardar la seguridad?