
Hay algo dentro del hombre que lo invita a crear mundos dentro su propio mundo, algo que retuerce el corazón en busca de sensaciones más profundas, eso que se manifiesta en risa y llanto, en dolor y grito. Eso que existe dentro de nosotros, es lo mismo que motivó al hombre primitivo a confiar en las estrellas para mover su mundo al ritmo de sus manos, los dioses que adoraban los antiguos fueron sólo simples observadores del hombre que descubrió por sí mismo el fuego de los soles en la corteza de una rama; nada existe en los cielos y en los confines de la tierra que no esté en la mente, nada es más fuerte que una idea que se crea, nada como las voluntades del hombre cuando la pasión lo mueve, cuando el hombre se convierte y se descubre artista.
Artistas, después de un largo rato en noticias y ensayos sobre la crueldad humana, he decidido utilizar este pequeño espacio para escribir una carta hacia ustedes, para darles las gracias, a todos los que usan la palabra como arma y creación, a las cámaras que disparan realidades e irrealidades, a los pinceles y lápices amontonados sobre una mesa de madrugada, a los que su cuerpo se mueve como un mundo, a los creadores de notas y melodías, bien, pues, a todos ustedes, los que el mundo no les basta, o los desborda demasiado, gracias.
La violencia que recorre día a día las calles nos a orillado a una deshumanización constante, desconfiamos del otro y de nuestros dirigentes, el miedo es un régimen que destrona nuestra libertad como individuos, y a pesar de todo, tengo confianza en ustedes, en que el mundo no podrá con tales imaginaciones, con tales sueños que motivan sus pasos y son más grandes que su sombra; confío especialmente porque sé de sus emociones, los he visto conmovidos al filo de una tormenta, levantarse ante las injusticias que corrompen la dignidad humana, y he visto a la violencia purgarse por medio de una obra de teatro. No me interesa entrar en definiciones, ni si tu arte es bueno o malo, tú sabrás si esta carta es dirigida para ti, o si quieres abandonarla justo ahora. Me interesa que la sensibilidad no se pierda tras las notas rojas, y si tú creas o te conmueves, si tú sufres con el otro, sí hablas por aquellos que se han quedado sin voz, puedes adjudicarte estas letras, no es un gran regalo, pero es para ti. Porque también es un arte el de maquinar las emociones sin lanzarse al abismo, hoy que el país no deja de golpear la puerta pidiendo libertad.
Llámenme soñadora, pero creo en un arte capaz de transformar un país, creo en un arte capaz de transformar un mundo, el arte es un arma cargada de futuro y el contexto demanda cargar los fusiles contra un reemplazo del arte por violencia. Así que esta carta es para ustedes, para que no desistan. Disfruten el mundo por el que están luchando, que no los devoren las circunstancias.
El tiempo nos dio una cuna en su tierra, y cada día que nuestra mirada refleja es el ultimátum de una vida que cesará, como lo hacen las cosas que palpitan, como la sangre que derrama lo vivo. Y aquí estamos, en un mundo que está lejos de pertenecernos, luchando por los que vienen detrás de nosotros, anhelando un futuro dónde la utopía tenga lugar y el hombre una historia de la cual sentirse orgulloso, hijos del tiempo, abriendo camino por la vertiginosa cadena de una vida que dista mucho de tener un destino.
Que maravilla leerte Ámbar, muchas felicidades. Eres una gran escritora y poeta. 😍
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