
José Revueltas publicó uno de sus más emblemáticos y discutidos relatos desde la cárcel de Lecumberri: El apando. Una cabeza activa en el movimiento estudiantil del 68, Revueltas fue acusado de “Incitar a la rebelión” y posteriormente preso.
Los personajes son tres reos apandados dentro de la prisión, mirando por una rendija como los guardias, a los que ellos llaman “Monos”, los custodian. Impacientes esperan a la madre de uno de ellos que les entregará droga, uno de los únicos motivos por los que su hijo no se ha suicidado tras esas rejas. El ambiente grotesco y “Bárbaro” que los rodea, es una asfixiante crítica al sistema que orilla a los presos a la violencia como método principal de sobrevivencia.
Para mí, las rejas del apando son las rejas de mi vida, del mundo, de la existencia.
José Revueltas
Dentro de la modernización, podemos encontrar términos bastante comunes: el progreso, la sociedad de consumo, productividad, moralidad; Podría creerse que estos son inherentes a la sociedad y el sistema en que estamos inmersos, sin embargo, existe una parte que es aislada de esta jerarquía de privilegios, son quienes inspiran la obra de Revueltas: los presos, los apandados, quienes representan a la parte marginada que es olvidada tras los muros de la prisión.
El apando es una obra escrita en esta atmósfera carcelaria, un relato que se proyecta como crítica a la ley, que bajo la frase de “Mantener el orden”, provoca la respuesta contraria, aislando a los apandados, aquellos que no pueden salir ni al área común dentro de la cárcel, inmersos en las cuatro paredes comienzan a perder su humanidad, adquiriendo caracteres animalescos: Pierden su nombre y el reconocimiento de aquellos que los rodean, la oscura consecuencia de esta problemática es suscitar en ellos la violencia, como método principal para su sobrevivencia.
¿Cómo se planeaba, que la cárcel preventiva fuera un centro de reformación, cuando dentro de ella la violencia se genera con más fuerza? Como enfermos, separados de la sociedad sana, despojados de sus derechos, todo por la corrupción de un sistema penitenciario que se jactaba de una labor que «lograba» la reinserción de los reclusos a la sociedad concluida la condena.
No hablemos tanto en pasado, en la actualidad, el anticuado sistema penitenciario de México sigue teniendo grandes fallos, tardando años en proceder los casos de prisión preventiva donde varios inocentes ven pasar el tiempo tras las rejas, otros, más de los que nos gustaría pensar, dan testimonio sobre el abuso y la tortura que guardan estos lugares.
También, podemos ver el abuso del poder en las calles, la corrupción ha traspasado desde hace mucho lo que se suponía, debía traer a los ciudadanos seguridad, confianza, y libertad. La utopía de todos, puede reducirse a no tener que sentir miedo cuando una patrulla pasa al lado de un transeúnte en la calle, así se han reducido los sueños, así se ha acrecentado el miedo.
José Revueltas fue un hombre que nunca pudo deslindar su creación literaria de sus ideales políticos, sus últimos años de vida, se los dedico a la crítica política mexicana, y defendía este cuestionamiento constante sobre las instituciones de poder
“La política no puede ser una profesión, sino una actividad del hombre”
El apando es una muestra de ello, sin metáforas analgésicas de la realidad, nos muestra las verdades ignoradas, una obra sobre cómo la violencia seguirá existiendo y conviviendo con nosotros como síntoma de una sociedad fragmentada. No como sentencia, sino como potenciador para un verdadero cambio.
Bibliografía:
Claudia Cavallin Calanche: La estética de la violencia en El Apando de José Revueltas, nº 37 Espectáculo (UCM)
Claudia Cavallin Calanche 2008
Espéculo. Revista de estudios literarios. Universidad Complutense de Madrid