Hoy la humanidad es como un caballo, un caballo sumamente bello y estúpido. En cada uno de sus cabellos tiene una de las 10,000 maravillas que hemos contruido en los 10,000 años que lleva de existir nuestra civilización, el caballo es estúpido porque aún con todo el conocimiento de nuestros antepasados y la tecnología de nuestro presente corre desenfrenado hacia el precipicio, lo tiene de frente, sabe que está cerca y sin embargo solo corre más rápido.

No voy a negarlo, la sensación del viento en el cabello se siente muy bien. Es por ello que el caballo nunca se detiene. El precipicio al que corre nuestro caballo es muy confuso, a veces parace muy cercano pero cuando el caballo está a punto de caer nos damos cuenta de que el final todavía no llega y se puede estar aún más cerca de lo cerca que ya estaba.
Algunos pensamos que la ansiedad por estar constantemente al borde dejará al caballo sin cabellos y se detendrá solo para morir de tristeza, otros creen que caera por el precipicio y que el apocalipsis tendrá fecha y será tan escandaloso que ya no existirá quien para conmemorar el aniversario.
El fin de los tiempos nunca se había visto tan cercano a como lo vemos ahora, pero hay una esperaza, un Nuevo Romaticismo. Los burgueses con afán de conseguir poder político y ayudar a la clase de los sirvos de donde habían sugido impulsaron el primero: la Revolución Francesa, la Independecia de las Trece Colonias, todas impulsadas por ellos, parecía que al fin íbamos a tener democracia, garantias individuales pero entonces los burgueses nos traicionaron en la Revolución Industrial.
Ahora las empresas manejan al mundo: sobornan a nuestros gobiernos, empeoran la desigualdad social, literalmente consumen al planeta y tienen la misma estructura de poder monárquica contra la que alguna vez hace tan solo un par de siglos se levantaron en armas. La burguesía es la nueva monarquía.
Para evitar que el caballo siga sin freno al precipicio debemos darle un tirón, pero un tirón fuerte como no se ha dado desde las revoluciones romanticistas, no hay cabida para la gente moderada porque nos urge un cambio, necesitamos gente indispuesta a matar pero dispuesta a morir por sus ideas si es necesario, gente que salga a la calle a gritar, quemar edificios, hacer lo que haga falta. El golpe tiene que ser tan fuerte que éste caballo sin jinete tiene que tirar al jinete; porque si no, me temo, nuestra generación será testigo de las peores pesadillas de nuestros antepasados.
Aquí es donde entras tú, porque si estás de acuerdo conmigo y tan loco como yo juntos podemos hacer algo grande y creeme, cuentas conmigo y otros millones de locos en el mundo, juntos podemos tirar del caballo y hacer realidad el Nuevo Romantismo.
Yo tengo fe en ti.