¿El mal sexo solo es eso, mal sexo?

Ilustración: Carlo Ornelas
Ilustración: Carlo Ornelas

RAMLO*

¿El mal sexo solo es eso, mal sexo?

No, por lo menos no siempre.

Todos hemos tenido conversaciones entre amigos y cervezas sobre alguna mala experiencia sexual y este término puede variar según lo que cada persona considere, sin embargo, no sé si lo han notado pero casi siempre que se habla de sexo, se habla de mal sexo, pues a veces ni siquiera se es consciente de que no se trata de eso, sino de violencia.

Hay un límite  entre el abuso y el mal sexo, así sea ejercerlo o padecerlo, que solo se mantiene si se está informado, ¿lo estás?

En cualquier caso, permíteme contarte que según la poderosísima RAE, “la agresión sexual incluye ataques como la violación o intentos de violación, así como cualquier contacto sexual no deseado. Por lo general, un ataque sexual ocurre cuando alguien toca cualquier parte del cuerpo de otra persona sin su consentimiento con fines sexuales, incluso si el contacto es a través de la ropa”.

No es una sorpresa que a causa del confinamiento (porque el abuso y el machismo siempre existieron) se evidenció con mayor fuerza los casos de violencia sexual en los hogares, especialmente en mujeres, pero no tienes que ser violada/o para que seas víctima de abusos; muchas veces se habla de mal sexo para encubrir la falta de comunicación, la torpeza, la agresividad y el silencio por el miedo de hablar del VERDADERO MAL SEXO:

El mal sexo no prevé el consentimiento, el juego previo, las enfermedades y embarazos, el mal sexo presiona, intimida, manipula, difunde sin tu permiso, no habla claro, el mal sexo solo se preocupa por su propia satisfacción, y en el peor de los casos, el mal sexo asume la voluntad y placeres de los involucrados.

En esta época de encierro, es evidente que la forma más común de sexo hoy en día no es posible (PORQUE HACERLO NO SERÍA MUY SUSANA DISTANCIA DE SU PARTE) pues estamos en tiempos de crisis, y es precisamente en estos tiempos que el mal sexo puede estar presente añorando recuerdos, sensaciones y el buen sexo, incluso en la distancia.

No se trata de evitarlo, al contrario, en un momento como el actual, con un futuro incierto y alta probabilidad de morir contagiados por COVID es válido y necesario algo que reconforte el cuerpo y el alma, que sea sano, seguro, mutuo, claro. No desahogue sexual, porque para eso uno se hace un paja y ya.

En general, las pláticas de mal sexo no deberían existir, o por lo menos deberían limitarse a un incómodo encuentro que termine en risas y regrese cada quien a su casa, no entre lágrimas, traumas o historias que merman tu siguiente encuentro.

Quizá por ahora no puedas tener una plática entre amigos y cervezas pero en donde sea que estés y a quien más confianza le tengas, pregúntate, ¿fue sólo “mal sexo”?

Y suponiendo que regresamos a la nueva “normalidad” para tener genuino contacto humano, espero que con tanto tiempo para informarnos salgamos un poco más empáticos y responsables (no sólo sexualmente) capaces de que, al finalizar el acto podamos decir: “sí a huevo, ¡qué buen sexo tuvimos!”, ya que por más efímero que sea el encuentro, involucra dos, tres, cuatro (según sea el gusto) personas con deseos, sentimientos, fantasías, miedos, con cuerpos que merecen tanta dignidad como el tuyo.

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