En épocas de la posmodernidad, al unísono, resuenan los estragos de la intolerancia y por eso, por pura intolerancia, no hay estados concluyentes o decisivos, más bien, hipócritas. Si entender aleja del prejuicio y estar alejado del prejuicio previene la discriminación ¿acaso el problema es de quien da el mal ejemplo y, en consecuencia, disminuye su credibilidad? ¿o la culpa la tiene el virtuoso y santo, que ante la petulancia humana (¿es humana?), termina desconfiado de cuanto animal (¿aminal?) con pito o sin el?

El Diablo, siendo el más antiguo rival de Dios, se ha mantenido oculto ante las perspectivas, más por sabio que por cobarde (y aún más astuto por dejar su lucha a los terrícolas) ha advertido un aliado: los propios hombres.  

Valiéndonos de la tesis anterior, me puedo tomar la libertad de citar un acontecimiento reciente, que bien se podría llegar a catalogar como “leve”o «nada», proporciona una puntual y justa demostración de lo que nos allega hoy día. El asunto Provida-Proaborto.

León, Guanajuato. El 26 de mayo del 2020, la Catedral Metropolitana de León presentó un total de 15 mensajes pintados con aerosol (grafitis) en su pared superior externa (fachada), aparentemente con motivos de manifestación ante los eventos e iniciativas para despenalizar el aborto en el estado. Una cámara de seguridad privada perteneciente a un comercio contiguo captó el momento en el que al menos cuatro personas bajaron de un vehículo para proceder a pintar el inmueble. El hecho tuvo lugar alrededor de las cinco de la mañana del mismo día y aún no se han encontrado responsables.

Tenemos bajo esta circunstancia dos parámetros importantes, primero, el jurídico y segundo, el social: en el artículo 210 del código penal del Estado de Guanajuato se establece que a quien cause daños a cosa ajena o propio en prejuicio de tercero, se le impondrá prisión de uno a cinco años y de diez a cincuenta días de multa, y en caso de que el daño se cause a museos, archivos, edificios públicos o a bienes que tengan valor artístico (artículo 211), se puede aplicar de uno a siete años de prisión y de diez a setenta días de multa; ante la difusión de la noticia, tomando como referente una publicación vía Facebook por grupo AM (principal medio de comunicación que cubrió la noticia) las personas denotaron su posturas e ideologías : “Y que saque su rosario de nuestros ovarios”, expresa Lorena Vázquez, fan destacada de la pagina; “Un poco más o menos de pintura no nos amedrenta. Para esos pro-muerte: sigan luchando contra lo imposible”, comenta Juan Antonio Olmos García “Q no sean estupidas hay miles d anticonsectibos para q lo eviten se valen d cualquier pretexto para vadalizar (sic)”, puntualiza Mari Rivera; “Uy, y esperen que acabe la cuarentena. Las que se vienen”, advierte Shei Muñoz.

La decisión terminante del congreso no tenía nada, por lo menos logísticamente, que ver con aquella fachada (quizá no es muy evidente, por las dudas ahí lo dejo). La verdadera atención, más fuerte y centrada que nunca, se debió enfocar en reprobar, mitigar y neutralizar a los pontífices militantes del PAN. La atención (y la verdadera rabia e indignación) debió estar en la deplorable administración de las mesas de debate y su falta de matices objetivos. La atención (y la verdadera furia) debió estar en la inútil representación de la directora del Instituto para las Mujeres Guanajuatenses.

En un mundo donde la intolerancia tiene su punto cumbre, ahí donde la atención no está en encontrar un bien común, y en este caso, para la salud y el bienestar de las mujeres, sino en comentarios de Facebook o hilos de Twitter, ahí el mundo perece ante su misma especie. Quémalo todo si quieres, no sé.