
Las cuatro paredes que fingían ser con esmero la seguridad en casa, se han convertido cruelmente en la prisión que contiene tu presencia. Tu cuerpo ya no es el mismo, los ojos que reflejaban tu ánimo son desplazados por irreconocibles órganos, millares de patitas son ahora tus brazos, detrás de la puerta tú madre apura, se hace tarde, siempre se hace tarde, el trabajo de todos los días espera, aquel mísero sueldo no se ganará sólo, las deudas no desaparecen mágicamente. Tal vez en unos cinco o seis años podrás dejar de preocuparte por ellas, sólo quedarán aquellas que se juntaron en el lapso, empezarás de nuevo, no importa, en unos cinco o seis años estarán cubiertas. ¿Habrá otras nuevas? Tal vez, tal vez las haya. Estabas tan ocupado preocupándote por llegar al trabajo que, has olvidado por completo que amaneciste convertido en un monstruo gigante. Pero no es el principal de tus problemas, debes levantarte, así tal vez alcances el tren y puedas llegar temprano.
Ayer 3 de julio de 2020, se cumplió el 137 aniversario del nacimiento de Franz Kafka, escritor que dio camino a generaciones inspiradas por sus letras, algunos lo han catalogado como el comienzo del absurdo y el existencialismo, realmente la única palabra que describe con singular maestría todo lo que Kafka simboliza, está irónicamente implícita al término que se acuño con su nombre. Lo Kafkiano, tan trágicamente absurdo.
La metamorfosis, escrita por Franz Kafka en 1915 al inicio de la primera guerra mundial, y con una cercanía latente a la revolución rusa, plasmó una época repleta de conflictos políticos, surgen dilemas morales y existenciales del individuo: el enfrentamiento a un mundo moderno que cae en la deshumanización de las masas.
A pesar del paralelismo implícito que tiene la novela con la biografía del autor, diversos temas e interpretaciones pueden sacarse de tal obra.
Levantarse convertido en un monstruo. ¿Qué significado podía traer esto al mundo moderno? Más de cien años han pasado desde que la historia de Gregorio Samsa bajó del mundo de las ideas para ser parte del nuestro, y aún así, el paso del tiempo no ha destronado a tan singular arquetipo humano.
La deshumanización del hombre en la vida moderna, el autoritarismo sufrido por el protagonista, esclavo de un medio laboral donde es tratado denigrantemente, lo más lógico en el mundo de Kafka es que, sorpresivamente, Gregorio Samsa despierta después de un sueño intranquilo convertido en un insecto gigante. Repugnante para su familia, inútil para el trabajo, Gregorio es denigrado y rechazado desde la primera instancia. Después de haber sido el que por largo tiempo sostenía a su familia, recibiendo reconocimiento de cada pan y deuda que era pagada, es exiliado a un cuarto oscuro, que con el pasar de los día se ve plagado de suciedad y residuos. Gregorio es ahora un parásito en la sociedad.
«Se nos ha dicho que un hombre sin familia es un loco y sin trabajo un perdedor. Pues nadie como tú, Kafka, para responder: La familia y el trabajo son, precisamente, lo que vuelve locos a los hombres»
Carta a Franz Kafka, Emilio Ruiz Parra.
La metamorfosis, aún después de cien años, es una dura crítica social hacía dos instituciones que con el pasar del tiempo no han dejado de vanagloriarse, ni de ser impunemente intocables: La familia y el trabajo. Gregorio sufre la discriminación por parte de su familia, al no poder trabajar es visto como un fenómeno. Kafka puede ser considerado como un profeta, en la actualidad, ante los grandes avances tecnológicos, las máquinas van desplazando a la mano de obra, crisis económica y autoritarismo, (Sumando de por sí, la pandemia) miles de personas han quedado y quedarán sin trabajo. La metamorfosis da de alguna forma, un llamado a rebelarse contra la tiranía del trabajo asalariado. Tiranía que vivió Kafka en su tiempo, obligado por su padre, escribiendo a escondidas y en ratos libres donde no pudieran verlo.
La soledad de un hombre, quién en su diferencia es víctima de un sistema que solo mercantiliza, ¿No suena tan lejano, verdad? Kafka se entrometió con el significado de la otredad, dar lugar al otro en su diferencia sin denigrar ni discriminarlo. En la metamorfosis la familia esconde a su hijo en un cuarto, con un vil trato, bloqueando su apariencia a una sociedad que no lo entendería, así como ellos ni siquiera se esfuerzan en hacerlo, en esta obra fue un insecto, ¿Cuántas veces no se comete tal acto de deshumanizar lo que resulta diferente?.
Ayer, como dije anteriormente, Kafka cumple 137 años desde su nacimiento, y me enorgullece que después tanto tiempo, su obra siga sin extinguirse.
Revisen muy bien su memoria, su trabajo, cuestionen sus relaciones familiares, vean que en esta cuarentena su soledad no haya transformado alguna de sus piernas en patitas de insecto, sobre todo, piensen con otredad, no sea que un día despierten después de un sueño intranquilo, y se den cuenta que se han transformado en monstruos.