
Hoy, en la primera hora del día, estoy sentado frente a la computadora, escribiendo el texto que saldrá mañana temprano, llevo una semana ideando, planeando, pero nada tiene sentido. Ya no sé si escribir de esto o de aquello porque todo es importante, pero todo es desgastante. El 2020 ha estado lleno de problemas, uno tras otro, mes tras mes llegan sin detenerse y no parece que las cosas mejoren. Inicia junio y los tt en twitter al momento son “anonymous”, “vaticano”, “Casa Blanca”, “the purge”, “nueva normalidad”, “USAonFire”, “Trump”, “Apocalipsis” y “FelizLunes”.
Durante todo el año hemos ido teniendo noticias impactantes a nivel mundial. A inicios hablábamos de los problemas diplomáticos entre Estados Unidos e Irán, y la especulación de una posible Tercera Guerra Mundial tras la muerte de Qasem Soleimani, general iraní; los incendios forestales en Australia arrasaron con una quinta parte de sus bosques, destruyendo millones de hectáreas de flora y llevándose consigo millones de animales; el rebrote de Sarampión en países de América Latina como Brasil, Colombia, Argentina, Venezuela y México; la caída histórica en el precio del barril de petróleo que afecta considerablemente a la economía de un país cuyo presidente insiste en invertir en ello; y la pandemia por covid-19, que bueno, ya sabemos que el golpe ha sido fuerte, estruendoso y muy largo. Esta última, por supuesto teniendo un impacto bárbaro en nuestro país y dejando entrever las falencias de nuestro gobierno y de nuestra sociedad.
Ahora, el levantamiento de la sociedad estadounidense para protestar en contra del racismo y la brutalidad de elementos policiacos dejan ver un rompimiento social importante. El caso de George Floyd es la gota que derramó el vaso de años y años de racismo que ha cobrado vidas. El impacto es importantísimo, y no solo en Estados Unidos, porque seamos honestos, casi cualquier ciudadanía que se ponga a reflexionar tantito sobre las atrocidades que se cometen en su país, podría levantarse de tal manera.
Entrar a twitter y leer todas las actualizaciones me consume, agota, enoja y desalienta, sobretodo porque no sé qué hacer, ¿qué me corresponde desde acá, encerrado? Hace unos días estuve viendo The Dark Knight Trilogy, y toda la realidad actual parece una distopia similar a Gotham City: un sistema roto, corrupto e incompetente, una parte de la sociedad corrompida y la otra llegando al hartazgo. Gotham es el ejemplo por excelencia de lo que no quieres vivir, es (o al menos era), una representación ficticia y potencializada de la realidad, pero, al menos en Gotham, hay algo más presente en medio de la turbulencia: la esperanza en el cambio, y la lucha por la revolución. No podemos perder estos dos.
En tal mundo ficticio, Batman es un símbolo de esperanza nacido de las sombras con el objetivo de establecer el orden que el mismo sistema no puede hacer. Batman no tendría que existir si la ciudad en su estructura no estuviera quebrantada. Es justo lo que sucede hoy, la respuesta ante los problemas no tendría que existir si no hubieran estado los problemas en un inicio (y mira que últimamente el movimiento feminista lo ha intentado explicar una y otra vez, pero no entendemos).
Vivimos tiempos de crisis, y con la crisis, viene el caos, pero también la esperanza se fortalece. No tendría sentido luchar por derechos si no se tiene la esperanza de conseguirlos. Sé que no es fácil mantener la compostura cuando todo se viene abajo, no parece sencillo salir de un problema cuando ya llegó otro, pero si nada está bien, entonces todo tiene que cambiar y si no cambia por si solo, tenemos la oportunidad de ser parte del cambio. No ha sido el mejor año, probablemente ha sido de los peores en los que me ha tocado vivir, pero eso nos da esperanza de que habrá mejores, y tenemos que ser el Batman que restablezca el orden que el mismo sistema no puede restablecer.
Todos tenemos la oportunidad de generar un cambio, empezando por nosotros mismos, ser conscientes de quién somos y de nuestro entorno, ser portadores del bien y defender los derechos propios y ajenos. Es casi al final de The Dark Knight Rises que Batman le dice al comisionado Gordon que cualquiera puede ser un héroe:
«Cualquiera puede ser un héroe. Incluso un hombre que hace algo tan simple y reconfortante como poner un abrigo sobre los hombros de un niño pequeño para hacerle saber que el mundo no ha terminado.»
En realidad, no sé si todos podamos ser héroes, pero todos podemos ser más humanos, recurrir y aludir a nuestra sensibilidad humana, llevar nuestro raciocinio a lo justo y al bien, podemos hacer eso y mejorar un poco la vida. Tal vez solo estoy romantizando un símbolo que necesito para poder dormir después de ver lo que está pasando allá afuera. Ya no sé qué estoy diciendo, es el cansancio, este escrito es de todo y de nada. Al menos espero que mañana al despertar haya algo bueno.
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Bitácora del 2 de junio de 2020: No todo se fue a la mierda. Hoy amanecí con algo de esperanza.