David Ramírez

Ahora que comienza el mes del pride y sus festejos, es importante desmitificar la famosísima frase Love is love, la cual ha sido la más utilizada en los últimos años por las empresas y las personas heterosexuales para manifestar su apoyo a la comunidad LGBT+, sin embargo, puede que no sea más que un eslogan publicitario y una frase de efecto placebo que demuestra un apoyo superficial a la diversidad.
Para explicar el por qué no es más que un mal logrado eslogan es necesario remontarse a los inicios del movimiento LGBT+, justo después de los llamados disturbios de Stonewall. En ese momento la comunidad se dividía principalmente en dos partes: el sector conformado por hombres cis, homosexuales y heteronormados que eran parte de una clase social privilegiada y el integrado por aquellas personas que se salían de la heteronorma, que mayormente pertenecían a la comunidad afroamericana o a una clase social baja. Siendo este último el encargado de iniciar las protestas y la lucha por los derechos del colectivo.
Al ser el grupo alejado de la heteronorma el que inicio la lucha fue aún más difícil para una sociedad conservadora, misógina y clasista otorgarle derechos y respeto a todxs ellxs. Por lo cual, el gobierno presto su atención a la parte del colectivo más cercana a lo que ellos consideraban “correcto” para usarlos como imagen principal de la comunidad y de cómo sí se estaban cumpliendo todas las exigencias de las manifestaciones. Comenzando así la construcción de la imagen del hombre gay masculino que lo único que buscaba era amar libremente, ¿les suena a algo? Exacto, el famoso Love is Love.
A pesar de que esta frase es incluyente con otros sectores de la comunidad, cómo lo son las lesbianas y bisexuales, sigue existiendo una invisibilización al resto del colectivo y una distorsión de qué es lo que realmente se busca con el movimiento. Incluso si se analiza más a fondo se puede decir que es la manera en la que se dice “eres válido siempre y cuando te acates al amor normativo” dejando así de lado las relaciones externas a la monogamia y a la gente con independencia amorosa y sexual.
En resumen: este eslogan, cuya función, fue principalmente el capitalizar y normativizar el movimiento de una forma friendly otorga un sentimiento superficial de aceptación por parte de las grandes empresas, los gobiernos y la sociedad en general. Hace creer que hay una aceptación mayoritaria hacia la diversidad, cuando en realidad se está excluyendo a la mayor parte de la misma. Hay que recordar que el movimiento defiende lo diferente y el poder de ser tú mismo, aun cuando esto no cumpla con los estándares establecidos por la sociedad cis heteronormativa.