
Dentro de los tópicos a conversar sobre los estragos que ha causado (y seguirá haciéndolo) la emergencia sanitaria por covid-19, se encuentra la salud mental.
Mitigar la propagación del virus es la prioridad de cualquier país, y para lograrlo, se han tomado medidas como el quedarnos en casa, la escuela en línea y el home office, sin embargo, estas medidas exponen a la población a sufrir problemáticas colectivas y/o individuales como el desempleo, el incremento en los índices delictivos por la crisis económica o la histeria generada por la incertidumbre de no saber qué vendrá después. Todo esto repercute en la estabilidad emocional de las personas, y aunque existan otros tantos problemas, tenemos que voltear a ver a nuestra salud mental para mantenernos a flote.
Al encerrarnos y tener contacto mínimo con nuestra concepción de la realidad, nuestros problemas, nuestra historia y nuestros fantasmas salen a hacernos compañía; ¿cómo lidiar con ello? Es, principalmente, por esta interrogante que invité a la psicóloga Karen Piña a que nos comparta su visión profesional de los estragos mentales a los que estamos expuestos.
Entrevista a la Psic. Karen Piña
Abraham Heredia: ¿De qué manera afecta el aislamiento social a la estabilidad emocional?
Psic. Karen Piña: Creo que la razón por la cual nos encontramos en aislamiento, el evitar un contagio de una enfermedad que ha demostrado poder ser muy peligrosa, es la que afectará en mayor medida a la población. Esto debido a que ante una situación de estrés como la que se vive por el coronavirus nos enfrenta a una situación de amenaza y miedo reales, ya que puede representar el ser vulnerables a un contagio, al sufrimiento o hasta la muerte (ya sea propia o de alguien más). El aislamiento constante nos puede recordar de forma diaria estos hechos, sin contar además con el sentimiento de pérdida de planes, proyectos o inclusive actividades cotidianas que antes disfrutábamos.
Todo lo anterior activará la liberación de adrenalina, la cual es un neurotransmisor encargado de prepararnos para la huida o la pelea en situaciones de peligro, en este caso todo lo que representa el aislamiento hace que se active de manera persistente la liberación de adrenalina, dando como resultado algunos síntomas desagradables como lo pueden ser, dolores de cabeza, contracturas musculares (dolores de cuello, brazos, quijada, etc.), insomnio, pensamientos catastróficos recurrentes , o inclusive síntomas leves de ansiedad.
AH: ¿Qué procesos mentales atraviesa el individuo en una crisis colectiva?
P. KP: En este particular caso, una crisis como la que plantea el covid-19 es nueva para la humanidad, por lo que no podemos referirnos a procesos ya estudiados de afrontamientos psicológicos ante pandemias, pero sí podemos hablar de cómo reaccionan los individuos ante situaciones de amenaza; reacción que podemos dividir en tres fases distintas para intentar la adaptación:
1.- La de amenaza: En esta es cuando podemos observar los síntomas de estrés que antes mencionamos de manera más elevada.
2.- Segunda fase es la resistencia: En esta buscamos la adaptación, tratamos de funcionar con los trabajos a distancia, las medidas de seguridad (uso de cubrebocas, lavado de manos); es decir las preocupaciones se vuelven en acciones concretas que se ejecutan sobre la amenaza, pero si el individuo se percibe a sí mismo como que la situación lo supera, en lugar de generar una adaptación, lo cual sería lo más sano, puede llegar a una tercera etapa que no es saludable.
3.- Agotamiento: Después de mucho tiempo de mantener la amenaza el individuo puede llegar a desarrollar cuadros de depresión, ansiedad o inclusive reactivar enfermedades mentales anteriores.
AH: ¿Existe un comportamiento o conducta correcta para atravesar la crisis? ¿Cuál es?
P. KP: Existen algunas recomendaciones que nos pueden resultar sumamente benéficas, inclusive han sido sugeridas directamente por la OMS (Organización Mundial de la Salud), entre ellas se encuentran las siguientes:
1.- Minimizar la cantidad de noticias que ves, escuchas y lees, y que te causan ansiedad o estrés.
2.- Consultar únicamente fuentes confiables, sobre todo las que te permitan tomar decisiones prácticas. Si la persona nota que no puede escapar de sus pensamientos y estos le causan estrés o sufrimiento, se puede intentar darles un horario (convencernos de solo pensar en la situación una vez al día por un tiempo específico), entretenernos con actividades recreativas o buscar apoyo profesional si se siente que no se puede solo.
AH: La interacción social es indispensable para el ser humano. ¿El internet y las redes sociales pueden suplir esa interacción o su uso es perjudicial?
P. KP: El ser humano es un ser social por principios tanto psicológicos, sociológicos y biológicos, por lo que la interacción social es de vital importancia para la humanidad. Los medios electrónicos pueden ser de gran ayuda para estar en contacto y atender la necesidad social del ser humano, aunque el contacto físico siempre será vital.
AH: ¿El consumo y distribución de fake news tiene relación con la estabilidad emocional y la salud mental del individuo?
P. KP: Tiene un gran impacto, ya que puede distorsionar la percepción de la realidad y la amenaza que se enfrenta y llegar más rápido a una etapa de agotamiento.
AH: ¿Cómo afecta el aislamiento a las personas que padecen ansiedad, depresión o algún otro trastorno psicológico?
P. KP: En casos de personas que ya tiene un diagnóstico de alguna enfermedad mental, se ha podido observar una elevación de ciertos síntomas o si ya se había superado la enfermedad, una recaída en cuadros depresivos o ansiosos.
La salud tanto física como mental es la base de nuestro desarrollo óptimo y, ante la crisis, tenemos que entender que el estar bien, física y mentalmente, nos permitirá afrontar de mejor manera los problemas sociales que están por venir.
Aparentemente, el aislamiento termina pronto, pero varias de las consecuencias a las que nos enfrentamos, aún no son palpables. Así que, por lo mismo, debemos ser conscientes de nuestra estabilidad emocional y de nuestra salud mental, porque, como ya dije, de otra manera nos rebasará el problema. Estaremos listos para afrontarlo.