VAMOS A HABLAR DE DINERO: Mi pedo con los inversionistas

Fotografía: David Ramírez

Vamos a hablar de dinero.

El dinero en principio era una manera de avalar tu contribución a la sociedad, es decir, si yo soy panadero y le doy un sobrante de mi producción a alguien más, ese alguien me da unas monedas que representan mi esfuerzo por la realización de ese pan, así mismo, si yo quisiera adquirir un poco de leche voy con el lechero y le doy monedas que avalan mi esfuerzo y reconocen el suyo. El dinero es un reconocimiento.

Hasta ahí todo suena muy chingón, en este sistema ideal, el que trabaje en pro de la sociedad tiene derecho a una vida digna por el resto de su vida.

¿Pero qué pasa cuando el motivo por el que adquieres dinero es el simple hecho de que ya tenías dinero? Entonces toda la cadena se rompe, porque si tú inviertes tu dinero en una empresa para recibir más dinero no estás haciendo nada para merecerlo, estás beneficiándote del esfuerzo de los trabajadores de la empresa.

Algunos podrían argumentar que el que invierte está beneficiando a la empresa y a sus empleados, pero si las intenciones del inversor son tan nobles ¿Por qué el que tiene lujos es él y no los trabajadores? Se sienten dueños de la voluntad de sus empleados pero olvidan que si un día todos sus trabajadores desaparecieran su dinero invertido no valdría una mierda.

Vivimos engañados por las historias que nos cuentas de los poquísimos ganadores de este juego macabro, nos han hecho creer que si morimos de hambre es culpa nuestra porque no nos esforzamos lo suficiente o peor, porque nuestro trabajo no vale lo suficiente.

Si esto último fuera cierto y hubiera trabajos más valiosos que otros ¿No sería la agricultura uno de los trabajos más valiosos? El cultivo es la base de la civilización, sin embargo los campesinos que trabajan 16 horas diarias viven en pobreza.

¿Por qué si este sistema es tan justo, ellos que son la base fundamental de nuestra civilización viven en pobreza y un cabrón que no hace más que poner el dinero heredado de sus padres en los negocios adecuados tiene un puto Lamborghini?

Sería un error señalar a los inversionistas como el villano, ellos no tienen la culpa, son personas como tú y como yo, que jugamos en contra de nuestra voluntad al eterno y sádico juego del dinero, un juego donde si pierdes el castigo es vivir una vida miserable, donde el turno más importante es el primero, tú nacimiento.

Lo peor de este juego es más una condición de la vida que del dinero: no existen las segundas oportunidades.

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