
Da Vinci, Miguel Ángel, Picasso, Dalí son nombres que comúnmente vemos y encontramos en nuestros libros de texto e historia, que cuando se nos habla de arte son los primeros ejemplares que vienen a nuestra cabeza y así mismo de los grandes exponentes solo se nos habla de ellos, pero, ¿esto es una simple casualidad? A qué me refiero vivimos en un mundo en el cual siempre se busca la trascendencia de una u otra forma, los artistas en su máximo esplendor están en la búsqueda de llegar más allá, aunque conozcas a alguien que está inmerso en el arte y diga “yo solo hago arte para mi” siempre se busca dejar una huella y una semblanza para futuras generaciones, pero llegamos a este punto en el que me pregunto ¿Por qué siempre son las figuras masculinas quiénes son las más representadas y habladas? ¿Por qué cuando se habla de arte la representación masculina es la primera que sale a flote? Ya que la ausencia de mujeres artistas en los museos o en las enciclopedias de arte clásico puede dar la impresión de que el rol de las mujeres en el arte se ha limitado al de musas y modelos.
Y la verdad es que las mujeres han tenido una presencia muy activa dentro del arte pese a los obstáculos que se han tenido, si claro, por ser mujer. Son muy pocas quienes han alcanzado un renombre internacional, y quienes hasta nuestra fecha siguen teniendo un peso importante, ya que han sido condenadas por los mismos historiadores y que la propia historia del arte las olvido.
Dentro la prehistoria nos podemos dar cuenta que la mujer no estaba sometida bajo el mandato masculino, en sí ella era el mejor ejemplo de una representación divina, que pasado el tiempo esto se fue transformando hasta dejar en algunos casos de un lado la importancia y magnitud de una mujer.
Con los cambios dados, en los roles a través de la historia la participación femenina ha ido en decadencia o tan solo eso es lo que nos han hecho creer. En el siglo X encontramos el primer manuscrito firmado por una mujer, donde datan los conventos como espacios para el desarrollo artístico, pero a raíz de que la administración fue cambiada, las monjas perdieron poder sobre ello, pintaban, elaboraban manuscritos y decoraban textiles.
La corriente del Renacimiento, mejora el reconocimiento femenino, las mujeres se benefician de ello, pero aún deben de depender de los hombres, ya que eran los únicos que les podían otorgar para dedicarse a ello. Y es aquí donde nos preguntamos ¿Por qué debe de ser importante la aprobación masculina? Comienza así mismo las academias de arte donde una vez más las mujeres NO eran aceptadas tan fácilmente, en donde solo sesiones eran para ellas y de algunos eran excluidas.
Para poder entender la importancia y como la mujer ha sido excluida del arte fue hasta en el siglo XIX donde la mujer va ganando derechos y finalmente encontramos artistas reconocidas pero no tanto como se debería, pero es esta oleada de artistas las que propone una nueva visión del arte y gracias a ellas lo que conocemos hoy en día; ilustradoras y fotógrafas, son el nuevo medio sin restricciones sexistas ni educación formal, son económicamente independientes y reconocidas por su logros profesionales.
Surgen las primeras artistas que lucharan en contra la discriminación femenina, las nuevas fórmulas del arte se exponen una visión vibrante y fresca del arte, atrayendo así a las mujeres artistas. A finales de 1960, artistas e historiadores dentro del movimiento feminista reivindican la importancia del rol de la mujer, que hoy en día no podríamos dejar de lado y debemos de alzar la voz diciendo: SI existen exponentes femeninas. No podríamos ser ajenos y decir que no existe la producción dentro del arte y que en ella cae la mayor parte de formación en nuestras futuras generaciones.
Más que nunca la mujer exige una voz que debe ser escuchada y que no puede pasar desapercibida.