No soy un hombre fácil, ¿o sí?

Ilustración: David Ramírez

Cansada de las películas de siempre donde ya hasta inconscientemente solo veo machismo disfrazado decidí buscar algo más que no me hiciera sentir incómoda o molesta viendo la película; encontré en Netflix una película francesa que me dejó con la boca abierta, se llama No soy un hombre fácil, si tienen oportunidad véanla, sino, solo reflexionen…

Resumiré un poco: al principio me moleste, comenzaba con el protagonista acosando y molestando mujeres pero de pronto la película da un giro y ahora es él el que sufre de acoso, ahora el batalla con el tener que estar siempre depilado, ahora a él lo incomodan con las preguntas de «¿y cuándo piensas casarte?», «¿para cuándo los hijos?» y él, claro, no era consciente de sus privilegios hasta ese momento, hasta que empezó a incomodarse.

En ese momento comencé a cuestionarme:

¿Hasta qué punto los hombres son conscientes de los privilegios que tienen?

Como feminista y en este proceso que aún continuo, una regla actual mía es no educar hombres, pero creo que sí alguien al menos no los impulsa a querer educarse nadie más lo hará (porque claramente están muy cómodos viviendo como lo hacen) así que aquí voy a enunciar algunos de los privilegios que tienen y que incluso pasan desapercibidos por lo normalizado que están.

En la película se ve como las mujeres tenían el pecho descubierto y era lo más normal del mundo, podían correr y andar así sin preocupación alguna mientras que los hombres tenían que cubrirse y aquí, en nuestro entorno claramente la situación es la contraria: los pechos de las mujeres están hipersexualizados y si no se ven para consumo erótico incluso se toman como «ofensa» o que esa mujer está «mostrando de más para llamar la atención» o se dicen demás pretextos machistas (porque aunque no lo notemos eso son) pero es tan normal ver a un hombre sin playera, o en ropa interior y nadie hace ni el más mínimo gesto y puede ser un ejemplo mínimo o que incluso no parezca como privilegio pero solo ahí empiezan las diferencias que nos van marcando…

La brecha salarial también es un gran problema que se ve y como las mujeres hacen más y siguen ganando menos, México tiene la peor brecha salarial de América Latina entre hombres y mujeres, las cuales ganan hasta 797 pesos menos.

Nos podemos dar cuenta en cómo para las mujeres mexicanas es casi obligatorio salir a trabajar para llevar más ingresos a casa y más allá de su trabajo en el campo laboral muchas llegan a hacer trabajo a casa que de ninguna forma es remunerado, planchan, lavan, tienen la comida lista, y los hombres en muchas ocasiones ni su plato pueden levantar.

E incluso en la película se ve como hasta el ámbito sexual el machismo afecta, ya que muchas veces sólo se preocupan por su placer cuando no se dan cuenta que el acto es de dos y ambos tienen que disfrutar.

Y así solo por enunciar las desventajas más obvias con las que vivimos las mujeres.

Hombres, nacieron con privilegios, a pesar de la corta edad ya entre niñas y niños existe una brecha de sueños enorme, muchas veces estamos limitadas porque es raro ver mujeres científicas, futbolistas, o líderes, desde ahí comienza el problema, siempre somos princesas que quiere ser rescatadas y ustedes siempre son los superhéroes…

El mundo está hecho para que no veamos esas desigualdades, desde pequeñas nos meten tantas ideas, prejuicios y estereotipos erróneos, el comportamiento de una mujer no viene dictado por nuestra naturaleza, sino por la cultura; que si rosa para nosotras, que si tenemos que ser tiernas y sensibles, a los hombres por ejemplo que si llorar solo es de niñas, que no tienen que mostrar sentimientos, entre muchas más ideas y por eso se tiene que hablar de feminismo, el mundo esta hecho para hombres y eso es algo que tiene que cambiar.

Más allá de solo enunciar los privilegios el punto es ser conscientes y darnos cuenta como desde nuestro punto de partida podemos apoyar y hacer algo más, leí una frase y me gustó mucho que es que el privilegio no nos nuble la empatía, y es algo tan cierto; empatizar es algo que puede cambiar muchas cosas, el pensar en los demás y darnos cuenta que no, que no todos tienen las ventajas que nosotros tenemos y que podemos hacer un campo más parejo para que todos podamos lograr lo que nos proponemos.

A los hombres los invito a reflexionar, cómo se sentirían si nunca hubieran visto a un hombre astronauta o siendo ministro de la suprema corte, si caminaran con miedo en las calles o que no se vistieran como les gusta porque estarían provocándonos, si les pagaran menos por el mismo trabajo y aun terminando ese trabajo aun esperan más quehaceres en el hogar para ustedes mientras nosotras solo vemos la tele, es una buena noticia también como hombre el feminismo, a ustedes los libra de pagar la cuenta o tener que ser proveedores, tiene sus ventajas pero les exige renunciar a privilegios muchas veces invisibles porque con ellos nacieron, pero que es necesario renunciar a ellos para igualar la cancha.

A las mujeres las exhortó a hablar, a darnos el mayor apoyo posible en todos los sentidos, a no juzgar a ninguna con adjetivos denigrantes por el simple hecho de ejercer abiertamente su sexualidad, a no juzgarnos y darnos cuenta que el único apoyo que realmente tenemos es el de nosotras para nosotras, a que si vemos alguna injusticia alzar la voz sin miedo, que calladas ya hemos estado mucho tiempo.

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